Qué es la ansiedad
La ansiedad es una emoción normal que experimentamos en situaciones en las que nos sentimos amenazados por un peligro externo o interno. Los sentimientos de ansiedad expresan la respuesta de estrés con la que nuestro organismo se enfrenta a un desafío o situación adversa. Siempre que esa respuesta sea adaptativa y proporcionada estaremos hablando de grados de ansiedad saludables, es decir, necesarios para la supervivencia(1) e imprescindibles para la maduración de la persona.
Sin embargo, en la actualidad, muchas personas que, alertadas por el cúmulo de estímulos y apremiados por necesidades urgentes difíciles de controlar, se encuentran en un estado de ansiedad permanente. Podemos pensar que esto se debe a los entornos de competitividad y de rendimiento particularmente exigentes, y es verdad. Sin embargo, existen otros factores que la propician, como la adicción al consumo, la precarización de los vínculos familiares, el deterioro de la salud en el último tercio de la vida, así como determinados hábitos que distraen nuestra atención del presente: “La mayoría de nuestras ansiedades se deben a que hacemos cantidad de cosas al mismo tiempo, casi todas innecesarias. Todo cuanto se nos ofrece de manera simultánea -noticias en las redes sociales, canales de televisión, modelos de iPhone- multiplica nuestros apetitos y descompone nuestra atención. La cantidad nos enferma y acelera el tiempo. Cuanto más se nos brinda, más deseamos, y cuanto más deseamos, vivimos más insatisfechos(2)”. De este modo, la ansiedad ha pasado de ser una experiencia transitoria saludable a una pandemia que está en el origen numerosas patologías psíquicas y orgánicas(3) .
Hablamos de trastorno de ansiedad cuando la duración o gravedad de una sensación de ansiedad es desproporcionada con respecto al desencadenante o estresante original y presenta síntomas físicos, como el aumento de la presión arterial, náusea... La Asociación Estadounidense de Psicología describe a una persona con trastorno de ansiedad como alguien con “pensamientos o preocupaciones intrusivas recurrentes”. Alcanzado este umbral, hablamos ya de una patología tipificable que interferirá en la actividad diaria y perturbará la armonía en las relaciones interpersonales. Los trastornos de ansiedad incluyen los siguientes diagnósticos: Trastorno de ansiedad generalizada(3) , Trastorno de pánico(4) , Fobia específica(5), Agorafobia(6) , Trastorno de ansiedad social o fobia social(7), Trastorno de ansiedad por separación(8) . Quienes la padecen, suelen anticipar los síntomas y somatizar la presunta amenaza sin que exista un motivo claro aparente.
Tanto si se trata de un estado de ansiedad leve como de un trastorno de ansiedad propiamente dicho, importa mucho saber que si se actúa a tiempo se puede revertir con facilidad y, en cualquier caso, siempre existe un margen notorio de mejora. Resignarse, como si se tratara de “nuestro modo de ser” o de un defecto irremediable, es un pésimo negocio por el que se paga un elevado precio.
Principales causas de la ansiedad
En la instauración de los estados de ansiedad intervienen causas internas, como la predisposición genética, factores psicológicos y/o trastornos mentales, y externas, que actúan como estresores desencadenantes, a saber:
Problemas laborales, despidos, agobios económicos, amenazas, etc.
Desocupación. Jubilación desenfocada.
Soledad.
Enfermedades crónicas no aceptadas.
Experiencias traumáticas no asimiladas: muerte de seres queridos, fracasos, decepciones, etc.
Adicciones: tabaquismo, alcoholismo y drogodependencias(9).
Conflictos relacionales (rupturas y tensiones familiares...).
Conflictos de conciencia mal resueltos o sin resolver.
Dobles vidas.
¿Ansioso yo? Aprende a reconocer sus síntomas
Físicos:
Dificultad para conciliar el sueño, despertarse a menudo o demasiado temprano.
Palpitaciones en el pecho, sudoración, sensación de ahogo o falta de aire, respiración rápida, mareo, hormigueos, cansancio.
Desarreglos intestinales frecuentes: diarrea...
Mentales:
Desasosiego, y una sensación de estar “al borde”.
Sentimientos incontrolables de angustia y preocupación.
Aumento de la irritabilidad.
Dificultad para concentrarse.
Pensamientos negativos intrusivos
Ciertas conductas:
Comer con voracidad.
Consumo inmoderado de dulces, alcohol, tabaco u otras sustancias.
Fobias, evitación de situaciones temidas.
Incontinencia verbal, sexual...
Llanto...
Qué medidas tomar
a) Fomenta las relaciones interpersonales, familiares y sociales. Prepara con tiempo y realismo un plan de jubilación que te ilusione. Aprovecha el tiempo. Mantente al día en tu profesión, ocúpate en una labor que sea significativa, también socialmente.
b) Adopta unos hábitos saludables: actividad física regular, alimentación sana y sueño regular. Evita adicciones como el tabaco, el alcohol o el uso inmoderado de internet.
c) Aprende a gestionar el estrés. Por ejemplo: organiza cualquier actividad que te cause presión o alguna fecha límite, elabora listas para hacer que las tareas abrumadoras sean más manejables y comprométete a tomarte un tiempo libre del estudio o del trabajo.
d) Activa los recursos espirituales. Practica la meditación. Técnicas de relajación: las actividades sencillas pueden ayudar a calmar las señales mentales y físicas de la ansiedad. Estas técnicas incluyen meditación, ejercicios de respiración profunda, baños largos, descansar en un lugar oscuro y practicar yoga.
e) Practica ejercicios para reemplazar pensamientos negativos por positivos: haz una lista de los pensamientos negativos que podrías estar teniendo como resultado de la ansiedad, y escribe otra lista junto a ella que contenga pensamientos positivos y creíbles para reemplazarlos. Crear una imagen mental de enfrentar y conquistar con éxito un miedo específico también puede proporcionar beneficios si los síntomas de ansiedad se relacionan con una causa específica, como una fobia.
f) Red de apoyo: habla con personas conocidas que te apoyen, como un familiar o un amigo. Los servicios de grupos de apoyo también pueden estar disponibles en el área local y en línea. Cuenta tu situación a un amigo o sacerdote de confianza. Muéstrate sincero -se honesto contigo mismo-: habla con claridad, también si hay errores de tu vida pasada que puedan avergonzarte.
g) Acude a tu médico, especialmente si la preocupación y ansiedad son difíciles de controlar, interfieren con tu día a día profesional y en tus relaciones con los demás. También si te notas con ánimo bajo, presentas ansiedad asociada a otro problema de salud mental, crees que puedes tener un problema físico de salud o pensamientos que impliquen riesgos a tu persona.
Bibliografía
Ansiedad, Medline plus. https://medlineplus.gov/spanish/anxiety.html
Ansiedad, pánico y Fobias. Sociedad española de Psiquiatría y Salud mental. https://sepsm.org/wp-content/uploads/2022/05/Ansiedad_panico_fobias.pdf
Ansiedad. Sociedad Española de Medicina Interna. https://www.fesemi.org/informacion-pacientes/conozca-mejor-su-enfermedad/ansiedad
¿Qué es la ansiedad? Sociedad española para el estudio de la ansiedad y el estrés (SEAS). https://ansiedadyestres.org/que-es-la-ansiedad/
Franco-Fernández, María D., and Rosario Antequera-Jurado. "Trastornos de ansiedad en el anciano." Psicogeriatría 1.1 (2009): 37-47.
Trastornos de ansiedad. Mayo Clinic. https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/anxiety/symptoms-causes/syc-20350961
https://www.medicalnewstoday.com/articles/es/ansiedadç
https://www.cun.es/enfermedades-tratamientos/enfermedades/ansiedad
(1) Desde los primeros días de la humanidad, la cercanía de los depredadores y el peligro inminente activa las alarmas en el cuerpo y permite una acción evasiva. Estas alarmas se hacen notorias en forma de ritmo cardíaco elevado, sudoración y una mayor sensibilidad al entorno. El peligro provoca una descarga de adrenalina, una hormona y un mensajero químico en el cerebro, que a su vez desencadena reacciones de ansiedad en un proceso llamado respuesta de “lucha o huida”. Esto prepara a los seres humanos para enfrentarse físicamente o huir de cualquier amenaza potencial a su seguridad.
(2) “Un banquito de madera” p. 14. Jesús Montiel
(3) Problemas cardiovasculares, digestivos, sobrepeso, insomnio, fatiga crónica, debilitamiento del sistema inmunitario, la tensión acumulada en el cuello y los músculos del hombro debido al estrés puede desencadenar dolores de cabeza de tensión o incluso migrañas, aumento de los niveles de cortisol (también conocida como la hormona del estrés) se libera en respuesta a situaciones desagradables o incómodas que causan ansiedad. Los niveles de cortisol excesivamente altos pueden tener múltiples efectos negativos en el cuerpo, incluyendo aumento de peso (especialmente en el área abdominal), pérdida de masa muscular y ósea, y dificultad para controlar el azúcar en sangre.
(4) Este es un trastorno crónico que implica una ansiedad excesiva y duradera y preocupaciones sobre eventos de la vida, objetos y situaciones inespecíficos. El trastorno de ansiedad generalizada es el trastorno de ansiedad más común, y las personas que lo tienen no siempre son capaces de identificar la causa de su ansiedad.
(5) Los ataques breves o repentinos de terror y aprehensión intensos caracterizan el trastorno de pánico. Estos ataques pueden provocar temblores, confusión, mareos, náuseas y dificultad para respirar. Los ataques de pánico tienden a ocurrir y escalar rápidamente, alcanzando su nivel máximo después de 10 minutos. Sin embargo, un ataque de pánico puede durar horas.
(6) Un miedo irracional y la acción de evitar un objeto o situación en particular. Las fobias no son como otros trastornos de ansiedad, ya que se relacionan con una causa específica.
(7) Temor y la acción de evitar lugares, eventos o situaciones de los que puede ser difícil escapar o en los que la ayuda no estaría disponible si la persona queda atrapada. Las personas suelen malinterpretar esta afección como una fobia a los espacios abiertos y al aire libre, pero no es tan simple. La persona con agorafobia puede causarle miedo salir de casa o usar ascensores y transporte público.
(8) Miedo al juicio negativo de otros en situaciones sociales o la vergüenza pública. El trastorno de ansiedad social incluye una serie de sentimientos, como el miedo escénico, el miedo a la intimidad y la ansiedad en torno a la humillación y el rechazo.
(9) Los altos niveles de ansiedad después de la separación de una persona o lugar que proporciona sentimientos de seguridad o protección caracterizan el trastorno de ansiedad por separación. La separación a veces puede resultar en síntomas de pánico.
(10) La ansiedad que se hace presente en los periodos de abstinencia es un indicador inequívoco de adicción.